La “calçotada”, una fiesta gastronómica típica de Cataluña

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La “calçotada” es una tradición catalana en el que se consumen “calçots”, una variedad de cebolla blanca que tiene forma alargada. Normalmente se celebra al aire libre en una reunión con la familia o los amigos. Se acompañan de carne a la brasa y una salsa muy característica llamada “salvitxada”, muy parecida a la salsa romesco.

 

El calçot

El calçot es una hortaliza que tiene una forma especial de cultivo ya que se le debe añadir tierra en su base para que la cebolla se tenga que estirar en busca de la luz. Así se consigue que se alargue y adquiera esta forma tan particular. Este proceso se repite 2 o 3 veces durante el cultivo, hasta conseguir una cebolla de una longitud entre 15 y 25 cm. Se conoce este proceso de cultivo como: calzar la tierra sobre la planta, y es de ahí de donde viene su nombre.

Los calçots se consumen des de noviembre hasta finales de abril. Su forma de cocción es sencilla, se enganchan en un alambre y se preparan al fuego con llama viva. Esta llama calcina el exterior, pero mantiene el interior tierno y cremoso. Cuando están hechos se envuelven con papel de periódico hasta el momento de su consumo, para mantenerlos calientes. Para servirlos se presentan en la mesa apoyados en la concavidad de una teja y junto con la salsa romesco.

Propiedades nutricionales

Esta hortaliza presenta una serie de propiedades terapéuticas muy beneficiosas para la salud. Es un alimento muy rico en agua y fibra que contiene muy pocas calorías y favorece el tránsito intestinal. Aunque debido a su efecto dilatador del intestino, conviene no abusar de su consumo en una sola comida. Si comemos en exceso, pueden resultar difíciles de digerir causando flatulencias o malestar intestinal.

Tiene efectos antioxidantes gracias a su contenido en flavonoides y polifenoles, unas sustancias que reducen el efecto de los radicales libres. Son antisépticos y ayudan a purificar la sangre, debido a su riqueza en sulfuros.

La salsa Salvitxada

Esta salsa se parece bastante a la salsa romesco. Se elabora con tomates asados, ñoras, almendras tostadas, avellanas tostadas, ajos asados y crudos, pan tostado y empanado en vinagre, sal y aceite de oliva.

Para su preparación, simplemente se tienen que triturar todos los ingredientes hasta que quede una salsa de consistencia media (ni fina ni gruesa).

La calçotada

La calçotada se considera una celebración, una reunión de amigos y familia en la que no faltan la carne de cordero y la butifarra a la brasa.

Para consumir los calçots no se tiene que ser muy fino ya que se pelan con las manos, arrancando la capa carbonizada y se mojan en la salsa, por lo que resulta imposible no mancharse. Pero eso forma parte de la fiesta y tiene su gracia. Ya comemos con cubiertos cada día, ¡para que un día guarreemos, tampoco pasa nada! Las manos quedan negras de la ceniza y la salsa acaba manchando la ropa. Por eso es recomendable que tengamos servilletas a mano y nos pongamos un babero que cubra bien la camiseta.

 

Fiesta de la calçotada de Valls

Los calçots de la zona de Valls, en Tarragona, cuentan con la Indicación Geográfica Protegida “Calçots de Valls”. El área de producción del Calçot de Valls está constituida por terrenos ubicados en los términos municipales de las comarcas del Alt Camp, Baix Camp, Tarragonès y Baix Penedès.

Cada año, el último domingo de enero se celebra en Valls la Gran Fiesta de la Calçotada. Una diada festiva, popular y promocional que llena las calles y plazas de Valls. Esta fecha coincide con el inicio de la temporada alta, ya que a partir de este momento se dispara su consumo.  Es el mayor evento que se celebra con el calçot como protagonista en el que se cocinan kilos y kilos de calçots para que los asistentes disfruten de este rico alimento.

 

Otras formas de preparación

Os quiero recordar que cocinar a la barbacoa es un método de cocción poco saludable, por lo que se recomienda hacerlo solo esporádicamente. Los tóxicos producidos por la quema de aceite, humos o brasas pasan directamente a nuestro organismo.

Una buena opción para cocinar los calçots es cociéndolos al vapor. De esta forma, aparte de evitar la ingesta de estos tóxicos, también mantendremos sus propiedades nutricionales ya que la pérdida de nutrientes será mucho inferior. También se puede tratar en la cocina como lo haríamos con la cebolla o el puerro. Lo podemos usar de base para elaborar salteados de verduras, lo podemos poner en un sofrito, añadirlo a una tortilla, hacer una crema de verduras, …

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