Propósitos para empezar el año con unos hábitos saludables

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Empezamos un nuevo año y llega el momento de planificar nuevos propósitos para modificar aquello que no hemos hecho del todo bien o que deseamos cambiar respecto el año anterior. Con el fin de llevar una vida más saludable y mejorar los hábitos alimentarios, te propongo una serie de retos para que este nuevo año sea un poquito mejor.

  1. Dejar de fumar

Sin duda un propósito ideal para ganar salud. El comienzo de un nuevo año es un momento perfecto para abandonar este hábito tan desagradable. Cada día, en consulta viene gente fumadora que están deseando el tabaco. Y es que no es nada agradable oler a humo, tener los dientes y los dedos amarillos o tener que abandonar una conversación interesante por salir a la calle a fumar en pleno invierno. A parte de la dependencia y la adicción que crea este maldito hábito. Hablo como exfumadora. Cuando me planteé dejar de fumar definitivamente, me daba pánico porqué ya lo había intentado alguna que otra vez.  La ansiedad que esto me provocaba me lo hacía pasar realmente mal. Por no decir los quilitos que aumenté en poco tiempo. Todo esto me preocupaba bastante y me puse a buscar información para poder controlar mi ansiedad de forma natural. Fue así como conocí la auriculoterapia. Una técnica que funciona muy bien para controlar la ansiedad, el estrés, el peso, … Después de darle varias vueltas y de documentarme bien decidí dejar de fumar el día de mi cumpleaños. ¡Y fue el mejor regalo que me he podido hacer en mi vida! Quedé tan encantada con el resultado de la auriculoterapia que me puse a estudiar para sacarme el título de auriculoterapeuta y así poder ayudar a los pacientes que vienen a la consulta. Cada vez es más la gente que lo ha probado y que está encantada. Si te estás planteando dejar de fumar, te lo recomiendo con los ojos cerrados.

  1. Olvídate de los precocinados

Pizzas congeladas, purés de sobre, tortillas de patatas, lasañas de verduras, croquetas de jamón, … son platos precocinados que nos ahorran tiempo, pero nos pueden provocar importantes problemas de salud. Estos platos son ricos en grasas saturadas, azúcares, sal y aditivos, cosa que ha disparado los problemas cardiovasculares y de obesidad. Por lo tanto, una buena forma de empezar a mejorar la alimentación es eliminando de nuestros hábitos estos productos ultra procesados. Lo ideal es decantarnos por una alimentación basada en materias primeras. Así nos aseguramos de que lo que estamos ingiriendo es comida real.

  1. Eliminar el azúcar de la alimentación

El azúcar es el enemigo número 1 de la salud y deberíamos olvidarnos de él por completo. Tarea que, aunque pueda parecer fácil, a veces nos da más problemas de los que nos imaginábamos. Y es que este endulzante está en una gran variedad de productos y en unas cantidades inhumanas. No solo debemos tener en cuenta la cucharita de azúcar que nos ponemos en el café, sino que debemos vigilar todo aquello que compremos envasado. Los zumos de frutas envasados, el tomate frito, las galletas, los cereales del desayuno, el pan bimbo, … todos ellos, productos cargados de azúcares añadidos.

 

  1. Si consumimos cereales, que sean sin gluten

El gluten forma parte del 80% de las proteínas del trigo. Es el responsable de dar esponjosidad y elasticidad a las masas y lo podemos encontrar en el pan, la harina, los pasteles, las galletas, la bollería, … No solo está presente en el trigo, sino que también en otros cereales como: la cebada, el centeno, la avena, la espelta,… el problema del gluten es que lo han modificado tan genéticamente que se lo han cargado y han hecho que a día de hoy nadie sea capaz de digerirlo completamente. De hecho, lo veo reflejado en consulta, cada vez que hacemos una prueba de intolerancia alimentaria, ya que en un 99% de los pacientes les sale el gluten como problemático. Esto no solo perjudica a nivel digestivo, causando inflamación, aumentando la permeabilidad intestinal, sino que también aumenta la percepción del dolor, la sensación de hambre y favorece la obesidad.

  1. Dejar el alcohol para ocasiones especiales

Durante años nos han estado recomendando que tomemos una copita de vino cada día ya que esto nos ayudaba a tener una buena salud cardiovascular. Esto, carece de fundamentación científica y se está demostrando que no tiene ningún sentido. El vino, es rico en polifenoles, una sustancia antioxidante que ayuda a la salud cardiovascular. Pero esta misma sustancia la podemos encontrar en la uva, y con muchos más beneficios ya esta está libre de alcohol. Con los años, se ha demostrado que el alcohol es uno de los máximos enemigos de la salud ya que aumenta el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer.

  1. Incorporar actividad física en nuestra rutina

Para estar saludables por dentro y sentirnos bien por fuera es imprescindible practicar actividad física. Lo ideal es buscar un planning de ejercicios que nos gusten y que se ajusten a nuestras necesidades. No hace falta que nos gastemos el dinero en el gimnasio, podemos salir a andar, correr, ir en bici o practicar algún tipo de ejercicio en casa. Lo más importante es que seamos constantes y que nos propongamos un objetivo realista. Es mejor empezar por practicar deporte 2 días que proponernos hacer alguna cosa todos los días y que luego no lo podamos cumplir. HIIT (High Intensity Interval Training), son unos de los ejercicios que más recomiendo en consulta, sobre todo para la gente que no dispone de mucho tiempo libre. Son rutinas de entrenamiento que combinan ejercicios de alta intensidad menos duraderos, con ejercicios de baja intensidad que se realizan en las fases de descanso para recuperar y llevar a el cuerpo a su frecuencia cardíaca máxima de nuevo. Estos ejercicios se pueden realizar cómodamente en casa durante 20 -30 minutos, 3 o 4 veces por semana. ¿Quién no dispone de 20 minutos al día?

  1. Comer más saludable y variado

Realizar una alimentación saludable es la base para tener una salud de hierro, tengamos la edad que tengamos. Deberíamos aumentar el consumo de frutas y verduras, incluir pescado y carne magra y reducir los productos procesados y refinados. Las verduras deben formar parte de cada comida, siendo recomendable que una ración sea de verdura cruda, en forma de ensalada y otra ración de verdura cocida. Otro de los puntos importantes a la hora de cocinar los alimentos es que usemos técnicas de cocción suaves y saludables como; vapor, hervido, plancha, horno, wok, salteado, … y dejemos para ocasiones especiales; los fritos, rebozados, empanados, … Debemos intentar no comer siempre lo mismo, ya que la diversidad es imprescindible para obtener una gran variedad de nutrientes.

  1. Controlar el estrés

Todos hemos pasado por épocas en que nos sentimos estresados. El estrés es una defensa natural que tiene nuestro organismo ante un cambio o frente a un desafío. Pero hay gente que siempre vive estresada, y esto es lo que puede afectar a la salud. El primer paso es reconocer cuando estamos pasando por un episodio estresante y controlar que este no se cronifique en nuestras vidas. También debemos evitar aliviar el estrés de maneras poco saludables como; comer en exceso, fumar, beber alcohol, consumir drogas, … ya que estos comportamientos pueden ayudarnos a sentirnos mejor al principio, pero perjudicarnos a la larga. Lo ideal es escoger técnicas de control emocional que nos ayuden a hacerle frente al estrés de forma saludable como; respirar profundamente, detener el pensamiento y centrarnos en lo positivo, practicar yoga, no sobrecárganos de actividades, aprender a decir que no, dormir lo suficiente,…

 

¿Estás preparado/a para darlo todo y conseguir tus propósitos?

 

¡Año nuevo, vida nueva!

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